miércoles, 16 de junio de 2010

Camuflaje animal

Cripsis, mimetismo y aposematismo

La cripsis o camuflaje es un fenómeno por el cual un animal presenta adaptaciones para pasar desapercibido. Es decir, se camufla con el medio, gracias a que tiene colores parecidos a elementos naturales que lo rodean, patrones de colores que disimulan su contorno, a que se queda quieto, etc.

El mimetismo, sin embargo, es la habilidad que poseen ciertos animales para parecerse a otros de su entorno. El objeto del mimetismo puede ser la cripsis, pasar desapercibido frente a depredadores y lograr la supervivencia.

Lo contrario es el aposematismo: algunos organismos presentan rasgos muy llamativos para que sus depredadoras entiendan que son peligrosos. Por ejemplo, la serpiente coral que tiene color rojo, negro y amarillo muy vistosos. Otro ejemplo son las abejas o avispas: con sus colores advierten de que son peligrosas.

El aposematismo es aprovechado por otros animales: existe un tipo de mimetismo llamado mimetismo batesiano, donde especies inofensivas adoptan el aspecto de otra peligrosa, ganando así cierta ventaja defensiva: como la falsa coral, o moscas que parecen abejas o avispas.

Por ejemplo, esta mosca del género Syrphidae o mosca de las flores, se parece mucho a una abeja.


Fotos de camuflaje animal:













(En esta foto, aunque no lo parezca, también hay un animal, pero hay que buscarlo bien)

jueves, 10 de junio de 2010

Hormigas esclavistas de Sierra Nevada

Rossomyrmex minuchae



En hormigas, más bien que de "esclavismo" se habla de "dulosis": son especies dulóticas aquellas que no pueden sobrevivir sin la ayuda de hormigas de otra especie, que son usadas como obreras. Por ejemplo, en el género Polyergus, las hormigas nunca excavan sus propios nidos, ni pueden obtener alimento, ni siquera cuidan a sus crías. Para ello dependen completamente de las esclavas.

Una colonia de las hormigas dulóticas se inicia cuando la reina joven invade una colonia hospedadora (que será la esclava), matando a la reina. La nueva reina que se instala es aceptada por el resto de la colonia. Tras esto, se forma una colonia mixta, que se mantiene con ataques periódicos a hormigueros vecinos. Las hormigas esclavistas invaden las colonias de otras especies y roban las larvas y las crisálidas. Luego las crían como trabajadoras para sus propias colonias.


Un ejemplo de esto son los ataques de Rossomyrmex a Proformica, en Sierra Nevada. Cuando las exploradoras del primer género encuentran un nido de Proformica, regresan a su nido para transportar a sus compañeras. Para esto las levantan y las llevan hasta el lugar donde se encuentra el nido de la otra especie, a la que pretenden atacar. Cuando las hormigas del nido que va a ser atacado detectan a las intrusas, cierran todas las entradas con tierra, pero esto no impedirá que las atacantes desistan. Tras varias horas de trabajo, apartan la tierra y consiguen entrar en el nido. Una vez allí, matan a las obreras y roban los huevos, larvas y pupas y las llevan hasta su nido, donde las obreras esclavas las crían junto con la cría nativa de la colonia (las hijas de la reina que se ha instalado en el hormiguero). Cuando crezcan, serán también obreras, para una colonia que no es la suya.

Dato: hace poco se ha descubierto que las hormigas esclavas que se encargan de cuidar a las pupas de las esclavistas, pueden rebelarse y matar a un 80% de las crías que están cuidando. Esto puede ser una causa de reducción del número de ataques a colonias de su especie.